jueves, 28 de abril de 2016

AMOR. JUSTICIA. MISERICORDIA. PERDÓN

Los cristianos estamos llamados al Amor, con mayúsculas. Pero ¿qué significa? ¿Tiene que ser una actuación justa para que sea digna del Amor?¿Cómo se relacionan la Justicia y la Misericordia? ¿Estamos llamados a perdonar, a dar segundas oportunidades?


1.- El Papa Francisco nos ayuda a entender esta relación partiendo de por qué Dios es la justicia perfecta.

Dijo que los tribunales ordinarios no llevan a la verdadera justicia porque es una justicia "retributiva”. La verdadera justicia, señaló, es la que imparte Dios misericordioso, porque prevé que la víctima pida la conversión al culpable.
El Papa explica en la audiencia general la relación entre justicia y misericordia en Dios
3 de febrero, 2016. "La justicia humana solamente limita el mal, no lo vence”.

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RESUMEN DE LA CATEQUESIS DEL PAPA

Queridos hermanos y hermanas:

La Sagrada Escritura nos presenta a Dios como misericordia infinita, pero también como justicia perfecta. Parecerían dos realidades que se contraponen. Pero no es así, porque la misericordia de Dios es lo que hace que se cumpla la verdadera justicia. La justicia humana solamente limita el mal, no lo vence, no lo hace desaparecer. La justicia divina, en cambio, supera el mal contraponiéndolo al bien.

El camino privilegiado que la Biblia nos señala para alcanzar una auténtica justicia es aquel en el que la víctima, sin recurrir al tribunal, se dirige directamente al culpable, apelando a su conciencia, para que comprenda que está realizando el mal y pueda convertirse. Sólo así, el culpable, reconociendo su culpa, puede abrirse al perdón que la parte ofendida le ofrece. Esta es la manera de resolver los problemas y contrastes en la familia, entre esposos o entre padres e hijos. El ofendido ama al culpable, no quiere perderlo, sino recuperar la relación desgarrada. Dios actúa con nosotros, pecadores, de la misma manera. Nos ofrece continuamente su perdón, nos ayuda a acogerlo y tomar conciencia de nuestro mal, para poder liberarnos de él y salvarnos, porque no quiere nuestra condenación sino nuestra felicidad eterna.

http://www.romereports.com/2016/02/03/el-papa-explica-en-la-audiencia-general-la-relacion-entre-justicia-y-misericordia-en-dios

2.- Ya ha insistido el Papa en explicar estos matices:

MENSAJE DEL SANTO PADRE
FRANCISCO

PARA LA CELEBRACIÓN DE LA 
XLIX JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
1 DE ENERO DE 2016

De la indiferencia a la misericordia: la conversión del corazón

Jesús nos enseña a ser misericordiosos como el Padre (cf. Lc 6,36). En la parábola del buen samaritano (cf. Lc 10,29-37) denuncia la omisión de ayuda frente a la urgente necesidad de los semejantes: «lo vio y pasó de largo» (cf. Lc 6,31.32). De la misma manera, mediante este ejemplo, invita a sus oyentes, y en particular a sus discípulos, a que aprendan a detenerse ante los sufrimientos de este mundo para aliviarlos, ante las heridas de los demás para curarlas, con los medios que tengan, comenzando por el propio tiempo, a pesar de tantas ocupaciones. 

En efecto, la indiferencia busca a menudo pretextos: el cumplimiento de los preceptos rituales, la cantidad de cosas que hay que hacer, los antagonismos que nos alejan los unos de los otros, los prejuicios de todo tipo que nos impiden hacernos prójimo.

La misericordia es el corazón de Dios. Por ello debe ser también el corazón de todos los que se reconocen miembros de la única gran familia de sus hijos; un corazón que bate fuerte allí donde la dignidad humana esté en juego. Jesús nos advierte: el amor a los demás es la medida con la que Dios juzgará nuestras acciones. 

Por eso «es determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio que ella viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de las personas y motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre. 

También nosotros estamos llamados a que el amor, la compasión, la misericordia y la solidaridad sean nuestro verdadero programa de vida, un estilo de comportamiento en nuestras relaciones de los unos con los otros[21]


La paz en el signo del Jubileo de la Misericordia

8. En el espíritu del Jubileo de la Misericordia, cada uno está llamado a reconocer cómo se manifiesta la indiferencia en la propia vida, y a adoptar un compromiso concreto para contribuir a mejorar la realidad donde vive, a partir de la propia familia, de su vecindario o el ambiente de trabajo.

Para leer el texto completo: http://w2.vatican.va/content/francesco/es/messages/peace/documents/papa-francesco_20151208_messaggio-xlix-giornata-mondiale-pace-2016.html

3.- En la Inauguración del Año de la Misericordia, en la catedral de Bangui.

Qué el año de la Misericordia  se dé por inaugurado en la catedral de Bangui, nos debe hacer ser más conscientes de lo que significa la palabra MISERICORDIA.
Francisco en su homilía nos da las pistas desde dónde debemos vivirla:

"Dios no es sólo justicia, es ante todo amor"
"Donde reinan la violencia, el odio, la injusticia y la persecución, los cristianos están llamados a dar testimonio de este Dios que es Amor"
"Dios es más fuerte que todo"
"Esta convicción da al creyente serenidad, coraje y la fuerza de perseverar en el bien ante las peores adversidades"
"A todos los que usan injustamente las armas les lanzo un llamamiento: deponed esos instrumentos de muerte"
"Armaos mejor de la justicia, del amor y de la misericordia auténtica, que son garantía de paz"
"Este país, situado en el corazón de África, aquí vuestra vocación es la de encarnar el corazón de Dios"
"Quiera el Señor hacernos a todos irreprensibles en la santidad"

"Reconciliación, perdón, amor y paz. Amén"


4.- Bula “Misericordiae vultus”.
En su Bula “Misericordiae vultus”, con la que convocó oficialmente el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, el Papa Francisco rechazó que haya una oposición entre ésta y la justicia.
Además, el Santo Padre destacó que “la justicia por sí misma no basta, y la experiencia enseña que apelando solamente a ella se corre el riesgo de destruirla”.
El Jubileo de la Misericordia comenzará el 8 de diciembre de este año y concluirá el 20 de noviembre de 2016.
A continuación, las palabras del Papa Francisco sobre la relación entre justicia y misericordia:
La época de este profeta se cuenta entre las más dramáticas de la historia del pueblo hebreo. El Reino está cercano de la destrucción; el pueblo no ha permanecido fiel a la alianza, se ha alejado de Dios y ha perdido la fe de los Padres. Según una lógica humana, es justo que Dios piense en rechazar el pueblo infiel: no ha observado el pacto establecido y por tanto merece la pena correspondiente, el exilio.
Las palabras del profeta lo atestiguan: “Volverá al país de Egipto, y Asur será su rey, porque se han negado a convertirse” (Os 11,5). Y sin embargo, después de esta reacción que apela a la justicia, el profeta modifica radicalmente su lenguaje y revela el verdadero rostro de Dios: “Mi corazón se convulsiona dentro de mí, y al mismo tiempo se estremecen mis entrañas. No daré curso al furor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraín, porque soy Dios, no un hombre; el Santo en medio de ti y no es mi deseo aniquilar” (11,8-9).
San Agustín, como comentando las palabras del profeta dice: “Es más fácil que Dios contenga la ira que la misericordia”.
Si Dios se detuviera en la justicia dejaría de ser Dios, sería como todos los hombres que invocan respeto por la ley. La justicia por sí misma no basta, y la experiencia enseña que apelando solamente a ella se corre el riesgo de destruirla. Por esto Dios va más allá de la justicia con la misericordia y el perdón.
Esto no significa restarle valor a la justicia o hacerla superflua, al contrario. Quien se equivoca deberá expiar la pena. Solo que este no es el fin, sino el inicio de la conversión, porque se experimenta la ternura del perdón. Dios no rechaza la justicia. Él la engloba y la supera en un evento superior donde se experimenta el amor que está a la base de una verdadera justicia.
Debemos prestar mucha atención a cuanto escribe Pablo para no caer en el mismo error que el Apóstol reprochaba a sus contemporáneos judíos: “Desconociendo la justicia de Dios y empeñándose en establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. Porque el fin de la ley es Cristo, para justificación de todo el que cree” (Rm 10,3-4).
Esta justicia de Dios es la misericordia concedida a todos como gracia en razón de la muerte y resurrección de Jesucristo. La Cruz de Cristo, entonces, es el juicio de Dios sobre todos nosotros y sobre el mundo, porque nos ofrece la certeza del amor y de la vida nueva.

Para leer el texto completo de la Bula de Convocación “Misericordiae vultus”, puede ingresar a: https://www.aciprensa.com/noticias/texto-completo-bula-del-papa-francisco-para-convocar-jubileo-de-la-misericordia-24882/
5.- También el predicador de la Casa Pontificia, el padre Raniero Cantalamessa, explicó la relación entre la Justicia de Dios y su Misericordia.

P. RANIERO CANTALAMESSA
Predicador, Casa Pontificia
"Es hora, queridos padres, hermanos y hermanas, de que nos demos cuenta de que lo opuesto a la misericordia no es la justicia, es la venganza. Jesús no contrapuso la misericordia a la justicia sino a la ley del talión”.

Explicó que la justicia divina se produce cuando se restablece la relación del hombre con Dios; cuando el pecador reconoce que necesita su amor. Es entonces cuando entra en juego la misericordia de Dios que lo perdona y acoge. 

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