lunes, 29 de noviembre de 2010

Carta de Adviento



En este tiempo de Adviento en el que todo comienza, compartimos la carta del grupo para que nos haga estar atentos y alerta ante lo que nos rodea (MIRAD -VELAD); nos impulse a continuar denunciando  y luchando por la justicia  y el Reino (GRITAD); siempre poniendo nuestro corazón , nuestras acciones, nuestras presencias y  nuestras palabras en manos de Dios (CONFIAD)


Imaginad por un momento que todos y cada uno de nosotros viviésemos cada momento de nuestros días con un poquito, solo un poquito, de espíritu de Adviento. Imaginad que en nuestro mundo el motor que mueve las cosas funcionara con combustible de Adviento. Imaginad que todo y todos estuviésemos contagiados con la alegría del que vive esperando a que suceda algo grande

domingo, 28 de noviembre de 2010

ADVIENTO Y LA OBRA TOTAL

Lucila, Superiora General nos envía para compartir la reflexión de comienzo del adviento

Un nuevo Adviento... ¡Nada puede seguir igual! Algo tiene que renovarse dentro de nosotras, del Instituto, del mundo. 

Un Adviento lleno  de esperanza

viernes, 19 de noviembre de 2010

Pastillas contra el dolor ajeno

Una campaña que merece todo nuestro apoyo y difusión.
Compartamos la idea, seamos agentes multiplicadores
Qué mejor preparación para el tiempo de adviento que nos llega




Para saber más
Médicos sin fronteras

lunes, 8 de noviembre de 2010

Ante la visita de Benedicto XVI

Para compartir un pedacito del libro Coloquios nocturnos en Jerusalén del Cardenal Carlo M. Martini:
 Usted quiere una Iglesia abierta. Tiene audacia para el riesgo. ¿En qué deposita su confianza para hacerlo?

Sí, quiero una Iglesia abierta, una iglesia cuyas puertas estén abiertas a la juventud, una Iglesia que dirija su mirada hacia un horizonte amplio. La Iglesia no se hará atractiva por adaptación ni por ofrecimientos tibios. Yo confío en la palabra radical de Jesús, esa palabra que nosotros tenemos que traducir a nuestro mundo como ayuda para la vida, como Buena Nueva que Jesús quiere traer. Traducirla no significa hacerla inofensiva. A través de nuestra vida, con el coraje de prestar oídos a la palabra y de dar testimonio de ella, la palabra de Jesús tiene que mostrar su perfil en la actualidad, Jesús quiere aliviar a los cansados y agobiados, quiere señalar a los ricos sus posibilidades y oponerse a los injustos. 
A mi me impresiona el hecho de que Jesús pregunte: "El hijo del hombre, cuando venga ¿encontrará fe en la tierra?". 
No pregunta: ¿Encontraré una Iglesia grande y bien organizada? Sabe valorar también una Iglesia exigua y pequeña, que tiene una fe fuerte y actúa según ella. No debemos hacernos dependientes de guarismos y de éxitos. Así seremos mucho más libres para seguir la llamada de Jesús.

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