domingo, 31 de enero de 2016

El Papa a los trabajadores cristianos: “sean testimonios de gratuidad, solidaridad y espíritu de servicio”



"El trabajo es una vocación, porque nace de la llamada que Dios dirige desde el principio al hombre, para que cultive y cuide la casa común”

"El ser humano expresa y fortalece con el trabajo la dignidad de la propia vida"

¿Cómo podemos responder bien a esta vocación, a la cual nos llama Dios?
El Papa sugiere tres elementos: educación, solidaridad y testimonio.

EDUCACIÓN
“Educar significa ‘sacar a la luz’. Es la capacidad de extraer lo mejor del propio corazón. No es solo enseñar alguna técnica o impartir nociones, sino hacernos más humanos a nosotros mismos y la realidad que nos circunda. Y esto vale de modo particular para el trabajo: es necesario formar un nuevo humanismo del trabajo, donde el hombre, y no la ganancia, esté en el centro; donde la economía sirva al hombre y no se sirva del hombre”. "Educar ayuda a no ceder a los engaños de quien quiere hacer creer que el trabajo, la donación de uno mismo y el estudio no tienen valor. Existen siempre estas tentaciones y se tratan siempre de intercambios morales, indignos del hombre. Eduquen el corazón a ser libre."
COMPARTIR
“La segunda palabra es el compartir. El trabajo no es solamente una vocación del individuo, sino es la oportunidad de entrar en relación con los demás: cualquier forma de trabajo presupone una idea sobre las relaciones que el ser humano puede o debe establecer con el otro. (Cfr. Laudato Si’, 125). El trabajo debería unir a las personas, no alejarlas, haciéndolas cerradas y distantes. Transcurriendo tantas horas en la jornada, también nos ofrece la ocasión para compartir lo cotidiano, para interesarnos por quien tenemos al lado, para recibir como un don y como una responsabilidad la presencia de los demás”.
Es importante que los otros no sean destinatarios solo de algunas atenciones, sino de verdaderos y propios proyectos. Por ello, es importante tener presente los propios proyectos y los proyectos de los demás, es poner la inteligencia al servicio del amor, de este modo se logra ser una persona íntegra y tener una vida más feliz, porque así somos capaces de donar.
TESTIMONIO
“El apóstol Pablo animaba a testimoniar la fe también mediante la actividad, venciendo la ociosidad y la pereza; y dio una regla muy fuerte y clara: quien no trabaja el día de antes, no comerá al día siguiente. (Cfr. 2 tes 3,10)”. Hoy, señala el Papa, lamentablemente existen tantos jóvenes que no trabajan, son “los nuevos excluidos de nuestro tiempo” y son privados de su dignidad.
Para leer el discurso completo: https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/january/documents/papa-francesco_20160116_movimento-cristiano-lavoratori.html


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