domingo, 20 de febrero de 2011

También la lluvia

Yo soy la voz de Cristo en el desierto de esta isla.
Fray Antonio de Montesinos
¿Puede una película hacer que nos cuestionemos cual es nuestro papel en el mundo y el posicionamiento de nuestra iglesia?
También la lluvia, lo hace.
Es una película que te revuelve, que te cuestiona, porque te muestra la realidad tal como es y tal como fue. La conquista española y sus desatinos, el problema de la privatización del agua, son los ejes centrales de esta película de Icíar Bollaín
Viéndola, desde la perspectiva de carisma de Nazaria Ignacia, se puede entender por qué ésta mujer tuvo la visión de fundar en Bolivia, donde la necesidad de “levantar a Bolivia de su postración” llega hasta hoy en día.
Esta mezcla un pasado que salvando la distancia, sigue siendo presente y de un presente, que desgraciadamente, se parece demasiado al pasado. Tiempo de mirar atrás y de mirar hacia adelante. Adelante, siempre ADELANTE
La conversión de Bartolomé de las Casas y la “conversión” de Costa el productor de la película, no son otra cosa que dejarse “mojar” por la realidad
Nazaria, también descubrió que era la voz de Cristo en el desierto de Oruro, se dejó “mojar por la lluvia” y calarse de la gente y del pueblo. Tan “sencillo” como “bajar a la calle”

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